Los nervios vencen al fútbol.
Cómo ya adelanté en la entrada del partido de ida, el Sevilla estará en Turín el próximo 14 de mayo, aunque ese medio pie que le quedaba por meter en la final, le costó sudor y sangre.
El Sevilla pasó por Valencia, sin pena ni gloria, sólo teniendo una ocasión en todo el partido antes del gol, ocasión clarísima de José Antonio Reyes, que quiso asegurar en el tiro, y Diego Alves paró vistiéndose del santo Iker Casillas. El Valencia dominó durante 80 minutos, hasta que un "inspiradísimo" Pizzi retiró a Dani Parejo del verde (el mejor del partido), y cedió el balón a un Sevilla, que en esos momentos estaba entregado en los brazos de un Valencia que demostró que la gesta de Basilea era de nuevo posible. El Valencia comenzó el partido como en la ida, volcado anulando al Sevilla, la única diferencia es que en esta ocasión el balón si entró, y por dos veces, en la meta de Beto. Feghouli, uno de los más destacados del partido, abrió el marcador con un zurdazo tras un recorte a Fazio dentro del área. Poco después Jonás ponía el segundo de cabeza tras un centro perfecto de Bernat desde la izquierda. Monólogo del equipo ché durante la primera parte.
En la segunda parte el partido siguió en su tónica, y se veía venir el tercero, que llegó en el 69', obra de Mathieu en el rechace de un córner, que el galo remachó. Viendo que el pase a la final estaba en su mano, Pizzi no supo mantener los nervios y la cordura, y quitó a Parejo en el 78', transmitiendo un claro mensaje a su equipo. Este mensaje se tradujo, en pérdidas de tiempo reiteradas, nerviosismo y en renunciar al balón que le había dado tantas alegrías en los 78 minutos disputados hasta el momento. El Sevilla comenzó a estirarse y a creer en sus posibilidades, ya que con fortuna, en cualquier rechace o en cualquier balón colgado podía encontrar su pase a la final. La diosa fortuna apareció en el minuto 94, dónde tras un saque de banda de Coke, Fazio prolonga y M'BIA se adelanta a su marcador para llevar el éxtasis a los aficionados del Sevilla de todo el mundo y provocar muchas lágrimas, unas de impotencia y otras de alegría.
Eliminatoria que tuvo un partido para cada equipo, dónde bajo mi punto de vista el Valencia se mereció mas pasar, sobre todo, por el decepcionante partido del Sevilla en la noche de ayer. Felicitar a los jugadores del Valencia por su gran partido, no tanto a su entrenador, que para mí fue la clave del partido y felicitar a todo el sevillismo por esta nueva final. El Sevilla tendrá que mejorar mucho en la final si quiere superar a un buen Benfica, que pasó a la final tras empatar a cero en Turín, dejando fuera a la Juventus, el gran favorito.
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